SUPERVILLANOS

He decidido dedicarle un post a los supervillanos porque creo que se lo merecen después de tantas batallas perdidas y de tanto desprecio que han vivido los pobres. En realidad son los personajes más complejos y más humanos, con los que mejor te puedes identificar en la vida real, así que hay van algunos que recuerdo del lado oscuro:

Doctor muerte: encarnaba el arquetipo del personaje malvado e inteligente cuya ambición ilimitada le impulsa a intentar hacerse con el control del mundo y que en más de una ocasión estuvo a punto de conseguirlo. El Doctor Muerte era la bomba. No sólo era brujo, sino que además era científico. Llevaba una máscara de hierro elegantemente combinada con una capa medieval de color verde que le daba un aspecto soberbio, imponente.



Lagarto: también era de color verde, como el Duendecillo Verde. El Lagarto llevaba gabardina, y era como el Humphrey Bogart de los supervillanos. Vivía en las cloacas y se comunicaba con los reptiles telepáticamente y le obedecían sin rechistar. Lo malo es que después de un rato se le pasaban los efectos de la pócima, y se convertía en un tío con pinta de ejecutivo que siempre tenía dolor de cabeza y se ponía ciego de Alka-Seltzer.






Doctor Octopus: El Doctor Octopus era inquietante, porque podía pasar perfectamente por tu vecino, o por el tendero de la esquina. Era un tío de lo más normal, hasta llevaba gafas de pasta, pero tenía unos tentáculos metálicos que acojonaban un rato. Y también vestía de verde.

Rayo Negro: era el rey de los Inhumanos. Su traje era uno de los más sobrios y elegantes de todos los supervillanos. Se notaba que era rey. No podía hablar, porque en cuanto abría la boca los edificios se derrumbaban, y tenía unas antenas que absorbían la energía de los electrones. Demasiado.






Y no podrían faltar los supermalos de los dibujos animados, para mi los mejores, mezcla entre mala leche e inocencia, ya no existen malvados así porque ya ni los villanos bebés tienen inocencia!!:

Como el Coyote. El pobre Coyote... ¿cómo podía ser tan torpe?. He de confesaros que final acabé cansándome de él. Me exasperaba. Si en aquel momento hubiese tenido yo un detonador en las manos, me habría encargado personalmente de enseñarle cómo se hacen las cosas. Luego estaba el pobre gato aquél, ¿Jinks, se llamaba? Nunca he entendido porqué la gente se ponía de parte de los ratones, o del pajarraco ese. Pero el mejor de todos era Pierre Nodoyuna, con su perro Patán. ¡Qué tándem más maravilloso! ¡Aquello era una pareja artística!!